En octubre del pasado año el Gobierno decidió derogar el llamado impuesto al sol y el 5 de abril de este año el ejecutivo de Pedro Sánchez aprobaba la normativa que elimina todas las barreras para que consumidores domésticos, pymes, comunidades de vecinos y grandes empresas puedan tener un sistema de autoconsumo. Aunque aún faltan por aprobar la normativa de acceso y  conexión y los criterios que regirán las distintas modalidades de autoconsumo, lo cierto es que, con esta medida, según cálculos de la patronal Unef, se podrían llegar a poner en marcha entre 400 y 500 megavatios de nuevas instalaciones de autoconsumo al año.

Red Eléctrica de España (REE) ha iniciado la publicación diaria del precio por megavatio hora (MWh) con el que se compensará a los autoconsumidores que viertan a la red la energía  excedentaria.

Para ello, el usuario ha de tener un contrato de tarifa regulada o Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC) con una comercializadora de referencia y estar acogido al mecanismo de compensación simplificada definida en la normativa de autoconsumo, por el cual se recompensa con una reducción de su factura de electricidad al autoconsumidor que integre su energía generada y no consumida en la red.

El autoconsumo ha llegado para quedarse y no es sólo una opción para un consumidor, sino que se abre la puerta a la creación de nuevos negocios así como al autoconsumo compartido por parte de las comunidades de vecinos o de proyectos de interés local para reducir la pobreza energética en los municipios.

Con esta nueva herramienta, el usuario toma cada vez más fuerza como consumidor activo y se abre una nueva relación bidireccional entre los diferentes actores del sistema eléctrico. Teniendo en cuenta que el gasto en electricidad es una de las partidas más elevadas a la que empresas y consumidores tienen que hacer frente, no es de extrañar que el interés por esta fórmula para asegurar el control de dicho gasto haya crecido últimamente y vaya a seguir creciendo aún más en los próximos meses.

A partir de ahora, se abre todo un abanico de posibilidades para el consumidor, aunque una de sus mayores preocupaciones está en el desconocimiento sobre cuál puede ser la mejor opción, cuánto cuesta una instalación de este tipo, cuánto puede llegar a ahorrar y a quién se tiene que dirigir para iniciar los trámites pertinentes.